Soy un vampiro de emociones primarias, porque nadie puede saber por ti, nadie puede crecer por ti, nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tu mismo debes hacer. Porque la existencia no admite representantes

viernes, 17 de febrero de 2012

SOPA ,pero de cocido que está más rica

Me han pedido que escriba mi opinión sobre el tema de las descargas en Internet y de todo este lío que hay.
Yo lo único que sé respecto a mi opinión es que no tengo nada claro a si que espero aclararme mientras escribo esto. La verdad es que, aunque a todos nos guste descargar sin límites, veo normal que quieran sacar cierto provecho a las descargas debido a que la sociedad en la que vivimos está basada en sacar partido ( y por partido me refiero a dinero) a todo lo que pillemos. No se cual sería la solución más lógica, quizá la famosa ley SOPA sea solo un avance de lo que se nos echa encima pero en cualquier caso es una ley y como ciudadanos tenemos que respetarla o quizá haya sido solamente una "equivocación" que nos hará replantearnos a todos el tema de las descargas.
El otro día vi en las noticias que se había creado un grupo de lectura vía Smartphone y tablet en la que, pagando una cuota anual o mensual podrías leer on line cualquier libro. Uno de sus creadores dijo que creía que la gente aceptaría su proyecto porque por mucho que nos empeñemos, todos entendemos que para que las cosas marchen bien debemos pagar  por nuestras descargas. Esto me parece una buena idea, si no fuese porque para poder acceder a ese grupo necesitas un tablet o un Smartphone de los cuales, la mayoría de personas ( incluyéndome yo) no disponemos, aunque supongo que en un futuro próximo todo se habrá normalizado.
A si que esta es mi opinión, no dejo nada claro ni tampoco nada oscuro pero bueno que mientras estén el teatro ( eso que tanto me gusta)  y  los videoclubs para poder alquilar American History X y aprobar ética, me vale de momento.

domingo, 5 de febrero de 2012

mi eterna adicción






Los gatos andábamos colgados ... lady Madrid                             
 Uno escribe siempre la misma canción
sobre un niño con cara de viejo,
que se atreve a volar bajo el cielo marrón
que agoniza detrás del espejo.
Uno inventa siempre la misma canción
del poeta borracho y su musa,
del teclado mellado del acordeón,
del pecado mortal sin excusa.




Uno canta siempre la misma canción
otra noche en el bar de la esquina,
cerca de la estación donde duerme un vagón,
cuando el tiempo amenaza rutina.

Uno rumia siempre la misma canción
como un perro ladrando a la luna,
con la misma trompeta y el mismo trombón
de mariachi que estuvo en la tuna.
Uno acaba nunca la misma canción
que avinagran los mismos fusiles,
cuando llega la hora de alzarse el telón
que emoción volver a los Madriles.